La ansiedad es una de las principales causas de consulta psicológica, siendo también una de las más tratadas y comentadas cuando hablamos de salud mental. Y en parte, si se habla tanto de la ansiedad, es porque es un mecanismo que tenemos todas las personas. La ansiedad, aunque es desagradable, en unos niveles medios y de vez en cuando, no es alarmante, incluso podríamos decir que es útil.

Cada persona es distinta. Tu “sistema de alerta” (ansiedad) puede que tenga más facilidad para activarse, puede que estés atravesando por asuntos difíciles que la provocan y necesitan tratarse o simplemente no sabes cómo gestionarla y esto provoca no solo que no desaparezca sino que empeore y se cronifique.

El estrés ha estado siempre muy vinculado a la ansiedad, pero son respuestas diferentes del organismo, pueden ocasionar diferentes problemáticas y se explican sus causas también de distinta manera.

El estrés sería la respuesta fisiológica del cuerpo, cuando la persona percibe que las demandas que le están exigiendo en ese momento superan los recursos que tiene para poder hacerle frente.

Nuestro cuerpo está preparado para adaptarse a situaciones estresantes en unos niveles moderados y con el tratamiento adecuado se puede minimizar el impacto y facilitar la adaptación o el reenfoque a lo que te provoca estrés.

En otras ocasiones, cuando ese tiempo de exposición es muy prolongado (en una enfermedad o en un trabajo) y/o la intensidad del estresor es muy elevado (una agresión, estar bajo amenaza, un acontecimiento vital impactante); pueden desarrollarse trastornos de estrés y/o trauma: